Reflexión: La pregunta más importante
La pregunta más importante
Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, el profesor nos sorprendió con un examen inesperado. Yo, siendo un estudiante aplicado, abordé cada pregunta con concentración, avanzando rápidamente a través del cuestionario, hasta que llegué a la última pregunta: "¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?"
Al leerla, me quedé desconcertado. Pensé que se trataba de una broma o quizá de un error. Sabía quién era esa mujer: la había visto muchas veces en los pasillos, siempre ocupada en sus labores. Era alta, con el cabello oscuro, de unos cincuenta años. Sin embargo, me di cuenta de algo: jamás me había detenido a conocer su nombre.
Terminé el examen dejando esa última pregunta en blanco. Cuando el tiempo terminó, y los estudiantes comenzaron a entregar sus hojas, alguien levantó la mano y le preguntó al profesor si esa pregunta realmente contaría en la calificación. La respuesta del profesor fue categórica:
"ABSOLUTAMENTE" En sus carreras como profesionales de la salud, conocerán a muchas personas. Cada una de ellas es importante. Todos merecen su atención y respeto, aunque solo sea para sonreírles o saludarles con un "¡hola!".
Ese día aprendí una lección que jamás olvidé. Más tarde, descubrí que el nombre de aquella mujer era Dorotea. Desde ese momento, cada vez que la veía, me aseguraba de saludarla por su nombre y mostrarle el respeto que merecía.
Reflexión final
A veces, en nuestra rutina diaria, olvidamos que quienes nos rodean son más que simples figuras en el fondo de nuestra vida. Nos enfocamos tanto en nuestras metas y desafíos personales que pasamos por alto a las personas que, en silencio, contribuyen a nuestro bienestar.
La historia de Dorotea nos recuerda la importancia de valorar a todos, independientemente de su rol o posición. Un gesto tan simple como aprender el nombre de alguien o dedicarle una sonrisa puede marcar la diferencia en su día y, quizá, en su vida.
En última instancia, la verdadera medida de nuestra humanidad no está en los títulos que obtenemos o los éxitos que alcanzamos, sino en cómo tratamos a los demás, especialmente a quienes suelen pasar desapercibidos.
Porque al final, todos somos importantes.
Texto original de autor anónimo, reflexión adaptada por Fernando Hernández Jiménez para Letragrama