Cuento: De amigos a novios en San Valentín

 


De amigos a novios en San Valentín

Cuento juvenil sobre el amor en el 14 de febrero

Había una vez dos niños, Daniela y Alejandro, que compartieron una hermosa amistad durante su tiempo en la escuela primaria. Eran inseparables: pasaban los recreos jugando, compartiendo historias y ayudándose en las tareas. A pesar de su corta edad, su vínculo era especial. Sin embargo, al terminar la primaria, sus caminos se separaron cuando las familias de ambos decidieron inscribirlos en escuelas diferentes.

Los años pasaron y, aunque Daniela y Alejandro no volvieron a encontrarse, ambos guardaron un cariño especial por esos recuerdos de infancia. Daniela, con su carácter alegre y entusiasta, destacaba en sus estudios y actividades artísticas, mientras que Alejandro, siempre curioso y reflexivo, encontraba su pasión en la ciencia y la tecnología. Ninguno sabía del otro, pero, en el fondo, los recuerdos de su amistad seguían vivos.

El destino, caprichoso como siempre, tenía otros planes. Pasaron los años y ambos ingresaron a la universidad, sin saber que sus caminos volverían a cruzarse. Una tarde de febrero, Alejandro estaba en la biblioteca, absorto en sus notas de física, cuando una risa conocida lo sacó de su concentración. Al levantar la mirada, se encontró con Daniela, quien revisaba un libro en la mesa contigua. Su corazón dio un vuelco.

—¡Daniela! ¿Eres tú? —exclamó, con una mezcla de incredulidad y alegría.

Daniela alzó la vista, y sus ojos se iluminaron al reconocerlo.

—¡Alejandro! ¡No lo puedo creer! ¿Cómo has estado?

Ese encuentro fue el comienzo de una serie de conversaciones que los llevaron a ponerse al día con sus vidas. Entre cafés y paseos por el campus, descubrieron que, a pesar del tiempo y la distancia, había algo en ellos que seguía siendo igual de especial. La conexión que habían compartido en la infancia renació con una fuerza nueva.

El 14 de febrero, Alejandro invitó a Daniela a un parque cercano al campus. Bajo un árbol lleno de flores rosadas, preparó un pequeño picnic. Había decidido que era el momento perfecto para expresar lo que sentía.

—Daniela, siempre recordaré cómo me hacías reír en la primaria y cómo nuestras conversaciones eran mi parte favorita del día. Ahora que estamos aquí, no puedo dejar de pensar que el destino nos dio una segunda oportunidad. Me gustas, y quisiera que aceptes ser mi novia.

Daniela, con los ojos brillando de emoción, respondió:

—Alejandro, siempre guardé esos recuerdos como algo especial. Ahora que estamos aquí, siento que el destino no se equivocó. También me gustas y acepto ser tu novia.

Ese día, sellaron su amor bajo aquel árbol al atardecer con un abrazo y un tierno beso. Desde entonces, para ellos el 14 de febrero se convirtió en una fecha que celebraban con gratitud y amor, recordando cómo la vida los reunió de nuevo para escribir juntos un nuevo capítulo de su historia. 

Escrito por Fernando Hernández Jiménez para Letragrama.

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