El Regalo de Navidad Sin Empaque (Cuento de Navidad)
El Regalo de Navidad Sin Empaque
(Cuento de Navidad)
En un pueblo lleno de colores y luces de Navidad, vivía un niño llamado Martín, quien siempre había tenido todo lo que quería. Tenía juguetes, ropa nueva y hasta dulces que su mamá le daba. Sin embargo, a pesar de tener muchas cosas, Martín sentía que algo faltaba. No sabía qué era, pero cada Navidad, se sentía un poco vacío por dentro.
En la mañana de esa Navidad, mientras paseaba por el pueblo con sus juguetes nuevos, Martín vio a una niña muy pequeña llamada Clara, que estaba sentada junto a un árbol de Navidad, mirando con tristeza las luces parpadeantes. Clara no tenía juguetes, ni ropa nueva, ni grandes regalos. Solo una pequeña bufanda que su mamá le había tejido. Martín se acercó y le preguntó: “¿Por qué no estás jugando con los demás niños?”
Clara levantó la vista y le dijo con una sonrisa tímida: “Es que no tengo nada que mostrarles. Yo no recibí regalos de Navidad como ellos.”
Martín se quedó pensando en que nunca había visto a alguien que no recibiera regalos de Navidad envueltos en papel brillante. De repente, una maravillosa idea pasó por su cabeza. ¿Qué pasaría si él le diera a Clara un regalo de Navidad?
De inmediato, Martín decidió hacer algo diferente. En lugar de darle uno de sus juguetes o pedir a su mamá que le diera dinero para comprar otro, fue al centro del pueblo y comenzó a ayudar a los demás. Ayudó a una señora mayor a cargar su bolsa y le dio unas monedas, limpió la nieve de la entrada de una tienda, y le dieron más monedas, repartió en su bicicleta los pedidos de la carnicería a cambio de muchas monedas.
Por la tarde, fue a visitar a Clara. Llevaba en las manos una gran caja, pero no estaba envuelta en papel brillante, Clara vio con asombro a Martín, quien, sonriendo, le dijo: “Este es el regalo de Navidad que quiero darte. No está envuelto en papel brillante, ni tiene un gran moño porque me gasté todo el dinero en comprarte el mejor juguete que pude pagar. Espero que te guste mi regalo, porque te lo doy con todo mi corazón.”
Clara miró la caja y, por primera vez, se dio cuenta de algo hermoso. No importaba que no estuviera envuelta como regalo, ni el gran juguete que estaba dentro, lo realmente valioso era la bondad y la demostración de amistad que Martín le había dado y se lo agradeció mucho.
A partir de esa Navidad, Martín aprendió que el regalo más valioso no siempre es el más grande ni el más caro. A veces, lo que realmente cuenta es el amor y amistad que compartimos, las sonrisas que damos y la generosidad que mostramos a los demás.
Autor: Fernando Hernández Jiménez