Pinino, el Árbol de Navidad Mágico

  


Pinino, el Árbol de Navidad Mágico

(Cuento de Navidad)

Había una vez, en un pueblito lleno de nieve, un pequeño árbol de Navidad llamado Pinino. Aunque todos los demás árboles en el bosque eran elegidos para ser llevados a alguna casa para llenarlos de adornos y luces brillantes, Pinino nunca había sido elegido para ser llevado, tal vez por ser muy pequeño. Se sentía triste, porque quería ser tan especial como los demás.

Un día, la señora Dolores, una amable abuela que vivía en el pueblo, caminó por el bosque buscando un árbol para su casa. Cuando vio a Pinino, se detuvo y dijo: “¡Este es el árbol perfecto!” Sin pensarlo mucho, lo cortó y lo llevó a su hogar.

Pinino se sintió muy feliz de ser elegido, pero pronto se dio cuenta de algo muy extraño: a él no le colocaron adornos, ni luces. Cuando la señora Dolores lo colocó en la esquina de la sala, dijo: “Ahora sí, ya tengo mi árbol de navidad, aunque no tengo dinero para comprar los adornos ni las luces, se ve hermoso, ya solo falta que lleguen mis invitados.” Y terminando de decir esto, una lagrima rodo por su mejilla, cayendo suavemente en una rama de Pinino.

Entonces, de repente y para la sorpresa de la señora Dolores, el árbol comenzó a brillar desde el centro de su tronco con una luz dorada y unas hermosas estrellas aparecieron sobre sus ramas. Pinino no podía creer lo que le estaba pasando. ¡Es un árbol mágico! – Exclamó la señora Dolores.

Esa noche, la señora Dolores preparó una cena navideña deliciosa, y su familia llegó a celebrarla. Todos quedaron maravillados al ver el árbol, que no solo brillaba con luces, sino que también de él salían suaves melodías que acompañaban a los villancicos que cantaban los niños. Todos estaban felices y no podían dejar de sonreír, y hasta los animales del bosque se asomaron a la ventana para escuchar.

Desde esa Navidad, Pinino no solo fue el árbol más especial del pueblo, sino también el más querido. Todo el año, la señora Dolores lo cuidaba con mucho amor, y el árbol nunca dejaba de sorprender a todos con su magia en la época de navidad.

Pinino aprendió que, aunque no siempre seas el primero en ser elegido, cuando sucede, puedes demostrar lo único y especial que eres, pero a tu manera.

Autor: Fernando Hernández Jiménez

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